En el mundo del deporte, Alexa Grasso aparece como un símbolo de ruptura. Hay un halo natural de ternura en los rasgos de la tapatía, son facciones que cumplen con los mandatos de una feminidad estereotipada que es ligada a la fragilidad. Toda esa aura se rompe en cuanto ella sube a un octágono, la mirada es feroz y hay un arrojo desmesurado para pelear como campeona mundial de peso mosca de artes marciales mixtas (MMA).
Estoy orgullosa de pertenecer a una nueva generación de mujeres fuertes, capaces e inteligentes de alcanzar lo que sea sin importar nuestra profesión
, son las palabras que utiliza Grasso para revelar una esencia más profunda, la de una guerrera.
¿Acaso creen que en la antigüedad las mujeres no peleaban por comida o defender a sus hijos. ¡Claro que también lo hacían! Todos esos mitos eran un tema social, pero ahora podemos tomar decisiones. Cada vez damos mejores tiempos en atletismo, natación y otros deportes. Mi meta es ser un ejemplo y demostrar que podemos ser lo que queramos.
El éxito ha alcanzado a Grasso a sus 30 años de edad. La victoria en marzo pasado para arrebatarle el cetro mundial a la kirguís Valentina Shevchenko fue el trampolín hacia la cima, desde entonces el camino ha sido de gloria al revalidar el título y ser reconocida como la mejor peleadora del año.
Los contrastes de la apariencia de Grasso en el octágono y en la vida cotidiana son sorprendentes y al mismo tiempo borran estigmas de este deporte. Si en las contiendas la bravura pareciera su esencia, fuera de un ring su carácter es afable, hay una simpatía innata en sus ademanes y voz aterciopelada.
Sí, con unos rasgos naturales de dulzura, Grasso es ahora el ros-tro de una de las disciplinas más controversiales al mezclar distintas técnicas de combate como el boxeo, muay thai, jiu jitsu o taekwondo.
La tapatía también irrumpe en las artes marciales mixtas como la primera peleadora nacida en México que gana un título de la UFC, territorio que hasta ahora han domina-do contendientes estadunidenses como Ronda Rousey o la actual estrella, la brasileña Amanda Nunes.
Mucha gente me decía que si quería triunfar debía irme de mi país, pero no, mi tío, quien es mi entrenador, y yo, sabemos que lo hecho en México está bien, con dedicación se puede alcanzar cualquier cosa
, afirma a La Jornada.
En un gimnasio de su familia comenzó la historia de Grasso, quien al ver a un grupo de atletas en unos Juegos Olímpicos se inspiró para ser deportista de alto rendimiento. El momento de claridad para definir su carrera llegó cuando era adolescente, en un entrenamiento casual con su padre, quien le enseñó los principios del boxeo, el cual requería de una exigencia mayor en coordinación, fuerza y atención, atrapando a Alexa.
Disciplina extrema
Una de las máximas exponentes del boxeo, Jackie Nava, fue su referente para perfeccionar su técnica en las artes marciales mixtas. Siempre vi a Jackie como un modelo a seguir, llegué a entrenar con ella. Ahora es padre ser un ejemplo para muchas niñas mexicanas que quizá tenían la idea de que en la MMA casi no hay mujeres
, señala.
Más allá de perfeccionar una técnica de combate con elegancia, Grasso y Nava comparten una cualidad que las guió al éxito: la disciplina. La vida de Alexa se cuenta entre cada entrenamiento diario con una rigurosa dieta y una rutina cuidadosamente planeada. Ha faltado a los cumpleaños y reuniones familiares, Navidades y fechas especiales.
Toda la concentración está en el gimnasio. Si faltas un día a una práctica pierdes muchas cosas y se nota cuando llegas a una pelea
, expresa con una seriedad que confirma su compromiso para ser una deportista élite.
La escena después de haber ganado el cetro mundial ante Shevchenko resume la historia de la mexicana. Con el rostro hinchado y ensangrentado, mientras carga el cinturón de campeona, dice una frase que refleja su exigencia: he sido muy extrema con la disciplina
.
Y no sólo habla del esfuerzo físico, también del trabajo mental que realiza con todo un equipo multidisciplinario de profesionales en nutrición, preparación física y terapeutas. Así, es parte de una nueva generación de deportistas que le dan prioridad a la salud mental.
“Desde que tengo una coach mental mi pensamiento cambió mucho. Es importante hablar con alguien que entienda los problemas de la parte deportiva, no es lo mismo lo que vives en casa o en el gimnasio. Es importante saber expresar los sentimientos y encontrar soluciones.”
Como campeona mundial, Gra-sso se enfoca sólo en los entrenamientos. El cetro del orbe no sólo le dio reconocimiento deportivo, sino también le ha ayudado a conseguir un respaldo económico como mejores ganancias y patrocinios.
Al inicio era complicado debías buscar apoyos para los viajes, las comidas, el pago para mi equipo de esquina (entrenadores). Hubo un tiempo en el que trabajaba, daba clases, debía hacer muchas co-sas para no perder mis prácticas. Siempre hubo gente que nos apoyara, ahora varias marcas me respaldan. Me siento orgullosa de decir que soy mi propia patrocinadora.
Guerreros modernos
–¿En las artes marciales mixtas, las mujeres tienen el mismo respaldo económico que los hombres?
–Ahorita ya no creo que haya un problema de género, lo que importa es cómo va tu carrera. Cuando vas empezando, para nadie es fácil, pero conforme haya mejores resultados habrá una mejor paga.
Si bien el éxito rodeó en este año su carrera, por ahora tuvo que tomar una pausa. En la segunda contienda ante Shevchenko, disputada en agosto y donde revalidó su título, sufrió una fractura en su mano derecha que la llevó al quirófano.
Me hicieron una reconstrucción por completo, es una fractura por avulsión, se arrancó la parte donde está el hueso y ahí venía anclado mi tendón. Fue en mi mano más importante, la de poder, es mi herramienta de trabajo, no estoy aún al cien por ciento, pero ya puedo entrenar con otras partes de mi cuerpo. Ahora sólo espero el alta médica. Quiero defender mi título al menos dos veces al año
.
Los riesgos físicos por lesiones han sido una de las mayores controversias de las artes marciales mixtas. Sin embargo, Grasso describe desde otra perspectiva el valor de esta disciplina, que al menos en México se ha extendido al grado de tener también a Brandon Moreno y Yair Rodríguez como monarcas mundiales.
Somos guerreros modernos, las disciplinas que utilizamos nacieron para proteger a las personas. Ahora los combates ya no son a muerte, pero hay una técnica detrás de todo esto; no es sólo agarrarnos a golpes
, concluye Grasso, quien advierte que su legado apenas comienza.
-Con información de La Jornada